Hacia 1861, Gran Bretaña es la nación más rica y poderosa del planeta. Sin embargo, la muerte del Príncipe Alberto debilita a Victoria y muchos de sus ideales políticos pierden importancia. Las exploraciones de David Livingstone en África fascinan a los británicos. Disraeli y Gladstone luchan por el control del gobierno británico y debaten el curso del Imperio. La adquisición del Canal de Suez solidifica la presencia británica en el Próximo Oriente, iniciando la pelea por la colonización en África.