Los primeros pobladores de Tasmania pensaron que un demonio estaba detrás de los chillidos escalofriantes que emanaban del bosque. No estaban completamente equivocados: la agresión, la ferocidad y el temperamento volátil del Demonio de Tasmania crean un marsupial amenazante. Arrástrese con nosotros a través de la maleza mientras observamos de cerca la tempestuosa vida de un ícono de Tasmania.